miércoles, 21 de octubre de 2009

FELIZ CUMPLE VALE!!!!, y algunos escritos en este largo día....

El camino desde Wellington hacia la isla del sur es en Ferry. Mi destino final este día: Cristchurch, adonde llegaré a última hora de la tarde.
En este momento son casi las ocho. Sol y frío en esta parte de Nueva Zelanda, y una hermosa bahía con sus barcos todavía dormidos al resguardo de las laderas y de las ventanas iluminadas de mañana.
Dentro del Ferry, el olor a café matiza la espera. Arriba, el sun deck, es casi una broma, pero allí estoy, atajándome en el sombrero para no volarme.
Escribo para compartir y lo hago en mi lengua aunque sea otra la que me rodea y otras las palabras que escucho hace algunos meses. Poco a poco, me reencuentro con mis sentimientos. Como cada noche, al liberar espacio en mi cámara de fotos, voy abriendo otra parte de mi corazón para dar lugar a bienvenidas experiencias, las que se adentrarán por mis ojos o quizás llegarán a través de los sonidos para recordarme otros días como el de hoy, vivido con gratitud; como se vive con intensidad plena -cuando se lo disfruta- el presente.


La llegada intermedia, con el ferry, es en Picton y la sorpresa de encontrar una pequeña ciudad increíblemente soleada, con sus palmeras y mar azul. Estoy aquí por una hora antes de tomar el tren Tranzcoastal que me llevará a Cristchurch. A medida que voy ganando sur, el paisaje se vuelve más grandioso, se acercan las montañas y alcanzo a ver las cimas nevadas; pero a mi alrededor todo es verde y como el día es de pleno sol, puedo deleitarme con los colores que imaginé ayer.


Ya estoy en el tren. Las vistas comienzan a ser espectaculares y van apilándose dentro de mi corazón. Dejo de escribir para poder contemplar. Y esta foto que me saqué en viaje, y mi imagen que apareció reflejada en la ventana sobre el verde de NZ.

Hoy como tantas otras veces, me vuelvo a preguntar qué estoy haciendo aquí, pero no es una pregunta que nace de la extrañeza o de la incomodidad; es más bien la búsqueda que se inició al comienzo de este viaje.
Me encuentro con mucha gente en el camino, básicamente backpackers que van en parejas o en grupos transmitiendo toda su energía, o me cruzo con gente mucho más grande, o por lo menos así me parecen a mí que sin el espejo delante me convenzo de que estoy más en el primer bando. Y de los más grandes rescato las ganas y la fuerza con que caminan curiosos, con sus zapatillas old fashion, también cargando sus mochilas en las que se animan a agregar más experiencias (y en eso, me parezco más a ellos, mechachis!).

A un costado del tren las montañas nevadas despuntando sobre las planicies verdes, por el otro lado, el Pacífico de color azul intenso reclamando su espacio sobre la costa. Y aquí, dentro del vagón, un túnel nos devuelve en las ventanas el reflejo de nuestras caras sorprendidas por la repentina oscuridad.

1 comentario:

  1. GRACIAS!!!! Hermana me llegaron con buenas imagenes y energia, por surte te vere pronto. besos mil para los dias que restan!
    te quiere
    vale o.

    ResponderEliminar