¡Y me llamó mi mami! Al mediodía y en medio de la calle, me sonó el celular y, sin anestesia previa, escuché el hola Claudia. Má, no sé cómo hiciste para enganchar con mi celu australiano. Gracias, me emocionó un montón.
Dolo: en el calendario que me armaste, me escribiste para comenzar esta semana: "La vida sólo se comprende mirando hacia atrás, pero se debe vivir hacia adelante", es un pensamiento de Kierkegaard. No sé qué te llevó a recordármelo, pero gracias.