INSOMNIO EN SYDNEY

Insomnio en Sydney y el mediodía del otro lado del mundo.
Sé que si abro alguna ventanita me puedo comunicar con alguien, pero esta noche prefiero este monólogo silencioso, el de las palabras que se van dibujando al ritmo de mis pensamientos.
El teclado casi resuena en el vacío de sonido que me rodea. Afuera no se escucha nada, es como si todo estuviera muerto más allá de este cuarto. No hay murmullos en la calle, nadie llega, nadie sale. Silencio, un profundo y misterioso silencio que se alarga como un tunel oscuro y me envuelve por completo.
Insomnio. Las imágenes, los recuerdos. Cerrar y abrir los ojos, volverlos a cerrar.
De pronto, un auto que pasa, casi imperceptible, me devuelve la consistencia de mi ser, de mi cuerpo perdido en esta desvelada noche extranjera.
Pero es solo un instante que se va, y con él se marcha la ilusión de que por fin me duermo.